De repente, si creo en Dios, existe. Y si alguien a mi lado no cree en Dios, no existe, en su mundo, tan legítimo como el mío.
martes, 4 de octubre de 2011
No concordaban mucho. De hecho, casi nunca concordaban. Siempresepeleaban. Y se retaban uno al otro cada día. Peroa pesar de sus diferencias, tenían algo importante en común. Estaban locos el uno por el otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario