De repente, si creo en Dios, existe. Y si alguien a mi lado no cree en Dios, no existe, en su mundo, tan legítimo como el mío.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Con nuestros ojos podemos ver todo, salvo a nosotros mismos.
Para eso necesitamos un espejo.
O alguien que nos espeje.
Un espejo puede ser otra persona,  una palabra, un libro , una cancion. Todo aquello que nos refleje.
Pero hace falta mucho coraje para mirarse al espejo y aceptar lo que veamos. Porque nos guste  o no, es lo que somos.

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